
«Cuando trabajas con personas, te conviertes en parte de su cultura»
Geza Scholtz, 36 años, Zúrich (Suiza)
Él es un aventurero, kitesurfer, realizador de vídeos, fotógrafo... y dentista. Cuando Geza Scholtz no se encuentra en Zúrich tratando a sus pacientes, entonces es muy probable que esté en una emocionante expedición. O que esté tratando a personas en el Nepal, Vietnam o Camboya como Dental Volunteer.
Geza Scholtz ama la vida. Y que en ocasiones arriesgue demasiado para saborearla no le supone ninguna contradicción. «Llegar al límite es parte de nuestros proyectos. Pero no por eso somos unos suicidas», dice el simpático dentista que trabaja junto a su hermano André y otro socio en el elegante Bleicherweg, en Zúrich (Suiza).
Una familia de dentistas
Geza y el sector dental se encuentran en un mismo camino desde hace mucho tiempo. Ya su abuelo fue médico, y su padre, húngaro, dentista. Igual que sus hijos hoy, el sr. Scholtz también buscaba las aventuras. En una época en la que los blancos apenas se atrevían a adentrarse en África Central, él recorrió el interior de la región a través de expediciones fluviales.
El agua como base para sus exploraciones continúa en sus hijos. Pero el medio de transporte es otro: una tabla de kite. Geza y André Scholtz son pioneros en el deporte con la tabla de kite y marcan nuevos hitos en este ámbito con sus nuevas y atrevidas expediciones. Los hermanos fueron los primeros surfistas de kite en cruzar el estrecho de Magallanes en 2013, un recorrido de 560 kilómetros entre Chile continental y la isla de Tierra de Fuego. Para esta empresa nunca antes realizada por una persona necesitaron ocho días. «Fue duro», admite Geza. «Pero las sensaciones ganadas fueron indescriptibles.»
La suerte es parte de ello
Que el éxito no es algo que pueda darse por su puesto se vio en la expedición «Estrecho de Bering» en 2010 y 2011. Dos veces intentaron Geza y André atravesar este estrecho entre Asia y América. Y las dos veces fracasaron. «La culpa fue de varios factores, pero el principal fue el tiempo, que no nos fue favorable», explica Geza.
Dental Volunteer con ideas creativas
Zúrich es la ciudad de origen de estos jóvenes aventureros. Y el mundo, su casa. «Me siento a gusto en todos los sitios», dice Geza, cuya madre emigró de China a Suiza. Es miembro de «Dental Volunteers», una asociación que quiere contribuir a fomentar la odontología en países con una atención médica deficiente. Hace unas semanas regresó de Mongolia, donde ha tratado a muchos pacientes en unas condiciones muy difíciles. «Los tratamientos dentales en el extranjero no siempre son fáciles. A menudo hay que ser creativo e improvisar», afirma Geza. «Pero el trabajo siempre es una satisfacción. Las personas agradecen lo que haces y te dan siempre la bienvenida.»
Sumergirse en culturas desconocidas
Para Geza, poder sumergirse por completo en culturas desconocidas es el principal motivo por el que viaja como Dental Volunteer. Gracias a su profesión puede crear una cercanía que nunca conseguiría como turista. «Se dice que solo cuando trabajas con los hombres de un país y hablas con las mujeres, te conviertes en parte de una cultura. Esa es la verdad. Y estoy muy agradecido de poder experimentarlo», dice Geza Scholtz.
Estrecho de Bering: el tercer intento
Aún no sabe qué proyectos de voluntariado hará en 2019. Pero lo que sí es seguro es que intentará de nuevo la expedición al Estrecho de Bering. «Podemos conseguir cruzarlo», Geza está convencido. Ya ha empezado con la organización.