
Sólo quien se maneja bien con lo analógico puede utilizar bien lo digital
Su laboratorio dental es uno de los más modernos de Suiza. La precisión es su pasión. En esta entrevista, el técnico dental Elias Bühler nos explica qué tiene que ver su profesión con el monte Cervino y por qué rechaza algunos trabajos.
Una conversación con Elias Bühler (Zúrich)
Imagen 1: Una moderna y luminosa recepción con un pequeño museo odontológico y una selección de conocidas revistas especializadas dan la bienvenida a los visitantes del laboratorio Bühler Dental Aesthetik GmbH en Zúrich.
Sr. Bühler, ¿qué le gusta tanto de la tecnología dental?
Diseñar las piezas a mano, retocarlas, perfeccionarlas. Además, me gusta poder trabajar de forma independiente y tener que buscar siempre nuevas formas de solucionar determinadas situaciones y problemas. Son la clase de retos a los que me gusta enfrentarme.
Imagen 2: El diseño es muy importante en este laboratorio. Los hornos de cocción Programat sobre superficies de trabajo de una excelente madera subrayan la máxima calidad de los resultados de la cerámica cocida.
¿Todo eso fue lo que le hizo elegir esta profesión?
En parte, sí. Cuando tenía 15 años, fui a la feria de empleo de Zúrich. Por aquel entonces, no sabía que existía esta profesión. Pero cuando fresé el monte Cervino en el stand del técnico dental y uní mediante láser dos placas de titanio, lo vi claro. ¡Eso es lo que quería hacer!
Empezó a trabajar de forma independiente a los 30 años. ¿Fue una buena decisión?
Desde luego. Cuando empecé, alquilé una estación de trabajo dentro de un laboratorio sin tener ni un solo cliente. Pero al cabo de ocho meses ya pude tener mis primeros empleados y en tres años me quedé con todo el laboratorio. Siempre había sabido que llegaría a tener mi propio laboratorio.
¿Qué servicios ofrece al odontólogo con respecto a los pacientes?
Todo el espectro de la tecnología dental, excepto ortodoncias.
¿Cuál es su especialidad?
La calidad. Siempre quiero sacar el máximo partido a lo que hago, ya se trate de una simple restauración provisional o de un complejo trabajo completo. Creo que esa es mi receta para el éxito. Ofrezco al odontólogo un servicio completo. Pienso en qué necesita y le doy soluciones. Sin embargo, a la inversa, esto también significa que no envío suficiente documentación de trabajo, ya que de lo contrario no podría lograr un resultado perfecto. A veces, rechazo un encargo porque veo que no va a salir bien.
Imagen 3: Las salas limpias, bien distribuidas, luminosas y muy iluminadas facilitan las condiciones óptimas para unos procesos de trabajo de la máxima calidad.
¿Qué tal lleva el aumento de la digitalización de su sector?
Yo he tenido acceso inmediato a las tecnologías digitales. Para utilizar una tecnología, la calidad debe estar a la altura, de lo contrario no me interesa. Si las soluciones digitales aportan un valor añadido, las prefiero. Fui uno de los primeros usuarios del PrograMill PM7, puesto que me parecen interesantes sus múltiples posibilidades, además de porque estéticamente va bien con mi laboratorio.
Imagen 4: Al propietario, Elias Bühler, le encanta utilizar la tecnología de fresado CAD/CAM y fue uno de los primeros usuarios del PrograMill PM7.
¿Qué porcentaje de su trabajo es digital y qué porcentaje es analógico?
El 90 % del trabajo es analógico, porque actualmente en Suiza solo recibimos el 5 % del trabajo de la clínica en formato digital. En 5 años puede que llegue al 15 o el 20 %, pero creo que el cambio al escáner intraoral tardará un poco en llegar.
¿Por qué sigue utilizando la técnica de inyección?
Con la técnica de inyección se puede trabajar con mucha precisión y sin margen en las preparaciones más difíciles. Con el fresado no siempre sale bien. Además, el radio de fresado puede resultar limitante para una corona con un ajuste muy preciso. Aparte de eso, creo que los técnicos dentales debemos mantener nuestra habilidad motriz. Sólo quien se maneja bien con lo analógico puede utilizar bien lo digital.
Imagen 5: La técnica de inyección analógica sigue siendo imprescindible en este laboratorio digital. Los objetos se inyectan en el Programat EP3010.
¿Por qué se ha decidido por el horno de inyección Programat EP3010 y el sistema IPS e.max?
Por dos motivos: en primer lugar, porque ya teníamos el horno Programat en el otro laboratorio y estábamos muy contentos, y, en segundo lugar, porque me gusta mucho el diseño del horno.
¿Desde cuándo trabaja con la técnica de fresado CAD/CAM?
La utilizamos en el laboratorio desde hace unos cinco años. Para mí, la ventaja es que los pasos de trabajo son siempre idénticos y, por tanto, reproducibles. Fabricamos las cubetas de impresión mediante impresión 3D. Nos gusta y además es más rápido que el procedimiento convencional.
Imagen 6: El software CAD/CAM, el ratón y las pantallas, sustituyen cada vez más al tradicional cuchillo de cera y el mechero de Bunsen. El mundo digital se ha hecho realidad.
¿Se considera perfeccionista?
Sí, me gusta hacer las cosas lo mejor posible.
¿Cuál es el secreto para conseguir la mejor calidad?
En cuanto a la precisión de ajuste, sinterizo siguiendo al pie de la letra las instrucciones del fabricante y freso muy despacio y con mucha precisión. En todas las estaciones de trabajo tengo un microscopio. Es la única forma de comprobar y evaluar cada detalle del trabajo que hacemos.
Imagen 7: La máxima calidad solo se puede conseguir usando el microscopio para poder ver hasta el más mínimo detalle. Por eso hay uno en todas las estaciones de trabajo.
¿Merece la pena tanto esfuerzo?
Sí. Tanto los odontólogos como los pacientes valoran esta precisión. Gracias a mi filosofía de empresa, tengo muchos encargos desde el principio. De hecho, cada vez tenemos más trabajo.
Eso no será muy bueno a la hora de conciliar su vida personal con la laboral...
No, la verdad es que no. (Sonríe satisfecho). Desde luego tengo muy poco tiempo libre. Pero la verdad es que me encanta mi trabajo. Sobre todo, la parte de la tecnología digital, que se ha convertido en mi nueva pasión. Me paso el día investigando sobre el tema. Y de vez en cuando trabajo en mi maqueta de helicóptero. Me relaja.
Imagen 8: Para relajarse, Elias Bühler, propietario del laboratorio, se dedica a montar su maqueta de helicóptero cuando tiene un rato.
¿Cómo cree que será la tecnología dental en los próximos años?
Creo que los odontólogos jóvenes trabajarán más codo con codo con los técnicos dentales que los de más edad. Seremos más compañeros. Cada vez más pacientes acuden directamente al laboratorio, por ejemplo, para elegir el color del diente o para que les adaptemos la restauración.